David Gilmour dice adiós a 120 guitarras
El 20 de junio de 2019, la casa Christie’s en Nueva York, pondrá a subasta una colección de 120 guitarras que el músico inglés David Gilmour donará para recaudar fondos para la beneficencia.
De acuerdo al propio Gilmour, “el dinero se destinará a grandes necesidades como la hambruna, la falta de vivienda, y el desplazamiento forzado de personas en todo el mundo. Lo haremos de la mejor manera y equilibradamente, para hacer que esta recaudación logre el mayor beneficio posible para el planeta”.
Gilmour considera que cada guitarra es como un amigo especial, pero también cree que es hora de que partan y sirvan a alguien más.
Las guitarras de Gilmour
Gilmour relata que cuando tenías 11 o 12 años, su vecino recibió una guitarra de regalo. Probablemente estuvo colgada en su cuarto durante un año, pero en realidad nunca la tocó. Como eran buenos amigos, se la pidió prestada, y posiblemente, dice Gilmour, nunca se la regresó.
La primera guitarra que recibió de sus padres fue una Tatay. Era una guitarra española de tipo clásico, la cual todavía conserva.
Aunque ocasionalmente tocó un Gibson Les Paul, el solo de “Another Brick in the Wall, Pt. 2”, por nombrar un ejemplo conocido, la Strat siempre ha sido la guitarra favorita de Gilmour.
Su sueño y ambición era tener una Fender, de preferencia una Stratocaster, la cual le encantó desde el principio. Buddy Holly tuvo uno. Hank Marvin tuvo la suya, y eso fue suficiente para él. David sólo quería un Strat.
Cuando era adolescente en Cambridge, David solía pasar mucho tiempo en una tienda de música llamada Ken Stevens.
Era un local estrecho con guitarras en ambos lados. Había una Stratocaster colgada allí durante años, por lo que a veces persuadía al propietario para que le permitiera tocar alguna melodía ocasional.
En la 48 de Nueva York, existe una legendaria tienda de instrumentos musicales llamada Manny’s. Para Gilmour entrar a ella es una experiencia única.
Fue en la calle 48, precisamente, mientras Gilmour se dirigía a Manny’s buscando una guitarra, cuando un hombre lo abordó y le preguntó qué buscaba.
Le contestó que buscaba una guitarra acústica y el tipo sacó una Martin D-35, la tomó Gilmour, la rasgueó y le dijo: ‘Está bien, esto servirá’. Sonó muy bien entonces y sigue sonando precioso.
Su primera Fender fue una Telecaster. Sus padres se lo dieron en su cumpleaños número 21.
Ellos vivían en Nueva York y tenían un amigo que iba a París, donde Gilmour vivía en ese momento, y se la entregó.
Para Gilmour, cuando era joven, viajar a los Estados Unidos era como ir a una dulcería. Se podía visitar una tienda de cosas viejas y usadas y entre ellas, había guitarras, guitarras viejas. Varias de las guitarras que Gilmour tiene fueron compradas en tiendas de segunda mano en los Estados Unidos, ya que en Londres esto no se encuentra tan fácilmente.
A Gilmour le gustan las guitarras antiguas. Percibe en ellas un pasado y las vibraciones de las diferentes piezas del instrumento se fusionan en un hermoso sonido.
Siempre le han gustado a Gilmour las guitarras Gretsch. Tal vez sea porque Duane Eddy tocó una en sus primeros años.
Según Gilmour, puedes escuchar una guitarra en la radio y, por lo general, saber cuando se trata de una Gretsch.
David Gilmour tiene innumerables relatos de sus guitarras, desprenderse de 120 lo dejará con un par de docenas, pero él está convencido en que es una buena causa y que, como herramientas esenciales en su trabajo, podrá adquirir otras que vayan bien con el proyecto que tenga en mente.